jueves, 15 de diciembre de 2016

Resiliencia

 Estamos viendo cada vez mas, parques acolchados y espacios muy controlados donde recluir a nuestros hijos sin miedo a que se hagan daño o puedan sufrir dolor.

pero, ¿eso es bueno para ellos?

Los niños se arriesgan, si no lo sabe, lo intentan.

  Se podría pensar que el miedo es una experiencia negativa que hay que evitar siempre que sea posible.Sin embargo, como todo el que tiene un niño o una vez lo fue, sabe que a los niños les encanta jugar de forma arriesgada, formas que combinan la alegría de la libertad con la medida justa del miedo para producir la mezcla estimulante conocida como emoción.

Dejarles asumir riesgos es un aprendizaje para controlar su miedo y la ira y prepararse para los peligros de la vida real.

 Privamos a los niños del juego libre y arriesgado, supuestamente para protegerlos del peligro, pero en el proceso los hemos expuesto a crisis nerviosas y a un mayor neuroticismo. Los niños han sido diseñados por la naturaleza para aprender por sí mismos la resistencia emocional al jugar de maneras arriesgadas que inducen a las emociones. A la larga, les exponemos al peligro mucho más mediante la prevención de este tipo de juego que tendiéndoselo.
Ademas estamos creando personas cada vez menos resilientes y es necesario para este mundo traer nuevas generaciones fuertes y seguras de si mismas a la par que sensibles.

La resiliencia es la capacidad que tiene el ser humano para afrontar las dificultades, los problemas y las adversidades de la vida, superarlas y transformarlas. Un niño que haya vivido en su temprana infancia alguna experiencia traumática y de gran dolor, puede recuperarse y sobreponerse a ello a través de la resiliencia. Es más, será capaz incluso de salir fortalecido. Se podría decir que la resiliencia es la entereza más allá de la resistencia.




 

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